Hoy la Iglesia Universal y la nuestra llora la muerte de nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, quien este Lunes de Pascua ha partido a la Casa del Padre, dejando un profundo dolor entre todos nosotros. Pero quienes confiamos en Jesucristo y en su Resurrección, nos da la confianza de que ya se encuentra gozando de la presencia de Dios.
El Papa Francisco y su pontificado fueron de esperanza, un verdadero regalo para nuestra Iglesia. Fueron mƔs 12 aƱos de trabajo incansable, de mostrar la presencia de Dios y su amor por la humanidad en cada uno de sus mensajes, sus acciones, sus consejos.
Hombre sencillo, Pastor que supo caminar y llegar hasta los senderos que se pensaban eran imposibles, pero que con la guĆa de Dios y del EspĆritu Santo, logró ser testimonio lleno de misericordia y humildad.
Con el Papa Francisco, primer Papa Latinoamericano, el mundo entero supo caminar con la alegrĆa del Evangelio, profundizar en los valores de la familia, a reconocernos como hermanos en igualdad de condición, saber escuchar y mirar a quien necesita de la Palabra de Dios, darnos cuenta de la importancia de una sabia comunicación y de lo necesario que son las obras de misericordia en la misión que el Buen Padre nos ha encomendado al venir a este mundo.
Con Francisco recordamos que nuestro Dios quiere ver una Iglesia en salida, con misioneros activos, con un trabajo incansable que ayude a transformar lo negativo en positivo y de manera correcta impulsar los cambios favorables dentro de la humanidad.
Su mensaje siempre estuvo encaminado al amor, a la escucha y a la misericordia que todo el pueblo de Dios debe tener, caminando juntos sin dejar atrƔs a nadie, solo mirando el porvenir y el futuro de generaciones mƔs humanas, mƔs fraternas.
Con el Santo Padre aprendimos a dejar atrÔs el miedo y renovar la confianza, la fe en un Dios que no deja solo a su pueblo, a recordar que la oración, la esperanza y la fe no defrauda y que aunque pasemos por cañadas oscuras la luz de Cristo siempre iluminarÔ nuestro caminar.
Hoy nos unimos en oración a la Iglesia Universal, dando gracias a Dios por el don de su Pontificado, encomendado su alma al Dios de la Misericordia.
@diocesisdecarora
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