Orfebre caraqueño Daniel Díaz @conceptsdasay, dice que se siente profundamente honrado de haber sido llamado por la iglesia barquisimetana para confeccionar las coronas que llevaría la Divina Pastora en su bajada número 167 a Barquisimeto el pasado 14 de enero.
Las joyas fueron elaboradas a mano con bronce puro laminado en grosores de 0.50, 0.75 y 1 mm. "Me enfoqué en un diseño que reflejara las características románicas de la joyería eclesiástica, incorporando suaves curvas y líneas que guiaron mi trabajo durante muchas noches llenas de entusiasmo ,anciedad y felicidad", dice el orfebre.
Asegura que cada detalle fue cuidadosamente considerado para cumplir con las expectativas de la Virgen, la Iglesia y de todos los devotos que la veneran. "Utilicé diversas técnicas, incluyendo calado, lijado, embutido, texturizado, recocido, repujado y entorchado; todo realizado con fuego a altas temperaturas con más de 2000 puntos de soldadura de plata. Cada técnica aplicada no sólo buscaba la estética, sino también la durabilidad y la resistencia de las coronas, ya que son joyas únicas que marcarán un ante y un después en la joyería eclesiástica", agrega Díaz.
La corona de la Virgen tiene un diámetro de 53 cm y una altura frontal de 7 cm, con una cruz que se eleva a 14 cm en su punto más alto, diseñada con 3 capas caladas tipo encaje que aportan profundidad y majestuosidad en todo su esplendor. En la parte posterior, la corona del Niño se adorna con tres rosas y dos botones en su parte delantera, todas ramificadas y caladas con estructuras románicas.
La corona de la Divina Pastora la engalana 6 rosas con cristales centrales la misma la bordea un cordón de bronce entorchado doble, añadiendo elegancia y sofisticación. La corona grande pesa 290 gramos y la pequeña 178 gramos, reflejando pesos establecidos para sus dimensiones y el cuidado en cada detalle.
"Agradezco sinceramente al pueblo barquisimetano y a la comunidad de Santa Rosa por su apoyo y confianza en mi trabajo. Su devoción y amor por la Divina Pastora son una fuente de inspiración constante. Cada golpe de martillo y cada soldadura fueron realizados con el corazón, sabiendo que estas coronas llevarían un mensaje de fe y esperanza, Este proceso ha sido un testimonio de fe, donde el fuego no solo forjó el metal, sino también un vínculo profundo con la comunidad y con el barquisimetano. Espero que estas coronas sean un símbolo de la fe que unan a nuestra nación para que ella en su infinito amor siga iluminando el camino de todos los devotos. ¡Gracias, Barquisimeto, por permitirme ser parte de esta maravillosa celebración! La Divina Pastora no solo es un ícono de fe en Barquisimeto, sino que también representa un profundo legado cultural que une a la comunidad venezolana. Cada año, durante la emblemática procesión del 14 de enero, la imagen es adornada con joyas excepcionales, elaboradas por el talentoso orfebre y la Animadora guara el mismo ha perfeccionado su arte a lo largo de generaciones. Estas manos expertas crean piezas únicas que no solo embellecen la sagrada imagen, sino que también simbolizan la rica herencia cultural de la región, reflejando la creatividad y dedicación de quienes las confeccionan.
Este año es particularmente significativo, ya que marca un hito histórico: por primera vez, la imagen religiosa llevará las coronas Diseñadas para su bajada 167 después de su salida de la catedral de Barquisimeto para iniciar su recorrido por los pueblos de Lara. Este acontecimiento no solo enorgullece a los diseñadores que han trabajado arduamente en la creación de estas coronas, sino que también resalta la importancia de su trabajo en el contexto nacional. La intención es que estas obras de arte sean apreciadas no solo en Barquisimeto, sino en toda Venezuela, convirtiéndose en un símbolo de unidad y devoción.
NOTA DE PRENSA.-
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