Rondaba el domingo 02 de junio y fuentes ligadas al gobierno larense, conjuntamente con miembros de la Federación Venezolana de Fútbol, anunciaban con bombos y platillos, que el estadio Monumental del estado Lara, albergaría la gran final de la Copa Venezuela, torneo que para la fecha comenzaba a dar sus primeros pasos en este 2024, y por tratarse de una final a partido único, el coloso de la campiña fue anunciado como la sede para este cotejo.
Más allá de los imponderables que se puedan suscitar y el cambio generado tomando como referencia los dos equipos que lograron el pase a la final en este torneo corto y de baja relevancia dentro de la mass media balompédica del país, queda claro que el estado Lara seguirá en ese tira y encoge, sobre la base del balompié nacional, donde pareciera que no existen dolientes, o personas interesadas en el renacer de una disciplina que al menos en los últimos cuatro años, se ha mantenido en un congelador con pocos aires de cambio.
Este sábado 20 de julio se jugará la gran final de la Copa Venezuela, y pese al anuncio realizado en la doble ventana FIFA femenina, a través de un comunicado de prensa de la FVF, anuncian que el juego se realizará en el estadio Brígido Iriarte de Caracas.
Más allá del sentido común sobre la base del cambió o decisión de la Liga Futve, entendiéndose que los dos finalistas son del eje capitalino (Deportivo La Guaira – Metropolitanos FC), causa curiosidad que en el estado Lara de nuevo se convierte en protagonista, y aunque no se le dijo a la opinión pública el motivo del cambio de sede para la gran final, claramente se puede observar el poco peso que tiene la entidad dentro de este deporte en el país.
Para nadie es un secreto que el fútbol crepuscular está de capa caída, sin equipo profesional de primera división que represente a la entidad, con un conjunto en segunda división de poco peso en la cancha que permita soñar con un ascenso a primera, y con ciertas deficiencias en el ámbito amateurs, donde Lara no tendrá representación en la máxima cita polideportiva del país, los Juegos Deportivos Nacionales Juveniles, anunciada para el mes de noviembre del presente año, ya que no logró clasificar a ninguna de las dos categorías tanto en femenino como en masculino, en futbol de campo y futbol sala.
¿Eliminatoria en Cabudare?
Pasada la página de la recién finalizada Copa América, y el buen sabor que dejó la selección venezolana, quedan muchas interrogantes sobre el futuro de nuestra selección, y dónde jugará los tres compromisos en condición de local del presente año, ante Uruguay, Argentina y Brasil.
Ante Uruguay el juego se realizará en la ciudad de Maturín en el mes de septiembre, hasta el momento la única casa de la Vinotinto, no obstante, los compromisos ante la albiceleste y la canarinha, pudiera jugarse en otro escenario, tras conocerse que el propio «Bocha» Batista, manifestó que la selección debe jugar en todo el país.
Aunque no se han definido las sedes para los compromisos restantes, luego de algunos movimientos de coordinación en logística en algunos hoteles del estado Lara, hace presumir que el Metropolitano de Lara, es el principal candidato para albergar el compromiso entre la Vinotinto y el actual campeón del mundo y campeón de la Copa América, el próximo mes de octubre, sin embargo, debemos esperar la decisión que tome la FVF conjuntamente con la coordinación de selecciones nacionales, para saber si realmente el estado Lara, y en especial, el estadio metropolitano, serán sede de algún juego de la selección nacional absoluta.
TRD/LAP.-
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