Las reuniones en torno al té en un espacio abierto con personas interesadas en conocer y difundir esta cultura, procuran profundizar en antiguas y nuevas o poco conocidas maneras o reglas de tomar el té, y en todo lo que tiene que ver con el mundo de esta costumbre.
En Carora hay un lugar que le da sentido con sesiones como la del pasado sábado 2 de diciembre a partir de las 5:00 de la tarde, como una forma práctica y experiencial ofrecida sólo a un pequeño grupo que disfrutó del “cónclave” en Posada El Cují, ubicada en la Zona Colonial.
El sociólogo Edgar Ramírez Túa es el anfitrión que recurre al té para sorprender a los attendees con una bebida tan conocida y con tantas historias que contar. “En este encuentro degustamos diferentes tipos de esta bebida aromática, acompañada de un concepto en bocadillos entre salados y dulces”, dijo Ramírez, acicaladamente complacido.
El sociólogo Edgar Ramírez Túa es el anfitrión que recurre al té para sorprender a los attendees con una bebida tan conocida y con tantas historias que contar. “En este encuentro degustamos diferentes tipos de esta bebida aromática, acompañada de un concepto en bocadillos entre salados y dulces”, dijo Ramírez, acicaladamente complacido.
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El clima del día conspiró para que la velada se desarrollara entre la gracia de la risa, contar experiencias y anécdotas entre la clientela que atendió la invitación de Ramírez, una clientela que, según él, “nos eleva cada vez más la vara, y eso nos hace crecer y evolucionar”.
En un acogedor patio fueron dispuestas las mesas con mantelería de acento inglés al igual que las vajillas de porcelana china y el resto de la utilería. Durante la celebración se impartió una reseña histórica del té y las normas de protocolo a seguir en una tea party.
Franklin Piña.-
@sobre.300
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