La línea entre el humor y la burla sólo la determina el nivel cultural de las personas que interactúan en una conversación, en una presentación o en el seguimiento a tal o cuál persona.
Voy a poner un ejemplo para hacerme entender. Cuando pasa alguien con una discapacidad, muchas veces alguien hace un comentario en tono de juego pero mal poniendo a la persona que sufre tal adversidad. Muchos ríen de esta manera y queriendo o no, se hacen eco de la burla. De hecho, son tan culpables de la falta de respeto como quien hace el mal comentario.
Lo peligroso del llamado bullying, en criollo chalequeo o jodienda, para ser más coloquial, es la repercusión que tiene en la sociedad está burla.
Debemos ponernos en los zapatos de quienes tienen cualquier discapacidad y ver o tratar de ver cuánto le impide llevar una vida normal o simplemente verse mejor. A muchos hasta una espinilla en la cara les estorba y en algunos o algunas, llega a ser impedimento, para asistir a un fiesta, por decir lo menos. Imagínense cuánto pesa una u otra discapacidad. Válido también decir que hay muchos discapacitados que han visto en esta situación personal, una fortaleza para lograr convertirse en ejemplo de vida, hay muchos ejemplos de estas personas, gracias a Dios.
En días pasados, un venezolano que se hace llamar influencer, con el alias de " La Titi", dijo publicamente que el gozaba burlándose de los discapacitados. Tal comentario de inmediato le ganó con sobrada razón el repudio de la gran mayoría de usuarios de las distintas RRSS.
Me pregunto, ¿qué pensaba este individuo, para hacer público un comentario que a nadie podría caer bien? He pensado que lo hizo para ganar espacio y generar comentarios sin importar si son buenos o malos comentarios, si fue así y ese era el fin de tan absurda afirmación, logró su cometido.
Pero, por sus palabras de arrepentimiento parece que no lo planeó así, incluso llegó a postear que no era él y clarando confundió más a la gente. Pero, el rechazo de muchos seguirá presente en el subconsciente de la gente.
Definitivamente, su carrera tendrá un antes y un después de este triste episodio.
Todo esto ocurre por una gran falta de educación. No son conscientes de lo que dicen, ignoran el daño que pueden llegar a hacer con sus opiniones. Incluso, en este caso, este supuesto influencer atentó contra su propia manera de ganarse la vida.
Quienes usan las RRSS deben ser muy cuidadosos.
También nosotros como usuarios debemos tener nuestra posición frente a los distintos hechos que suelen comentarse a través de estas plataformas.
Debemos tener criterio y verificar fuentes. Actualmente cualquiera dice lo que se le ocurre, amparado en el grado de ignorancia que existe en los usuarios de las RRSS.
En el mundo virtual, millones de historias son inventadas diariamente con la finalidad de engañar y embaucar a más de uno. Por eso caen muchos incautos y cada día hay más y más mentira cibernética.
Debemos verificar, ser cautelosos y no hacernos eco de cualquier información o hecho curioso que veamos en nuestro andar diario a través de las redes. Si tenemos algo de cuidado, seleccionaremos mejor a quien seguir.
Hagamos un directorio con los temas de nuestro interés, sigamos a quienes conocemos y luego de verificar, a quienes nos enganchan con su contenido, verificar las fuentes y abordar los temas de los cuales emite opinión.
A quien seguimos revela nuestra verdadera identidad.
Importante, buscar el marco teórico de muchas tesis, que dan por comprobadas, sin el mínimo experimento. Fácilmente determinan que sirve y que no. Abunda la exageración, esto respecto a la moda en los diversos tipos de alimentación, por nombrar un ejemplo.
Muchos de los llamados influencers exigen lealtad suprema, con ellos todo, sin ellos, nada.
No es así, seguir a alguien no significa coincidir en todos los aspectos.
Otrora se podía admirar las novelas de García Márquez y no congeniar con sus ideas políticas no había problema alguno. Ahora, esto parece no poder ser posible.
La libertad que tanto apreciamos también debemos practicarla en las RRSS.
Por: Pedro José Álvarez Chirinos.-
COMENTARIOS