Sin ánimos de crear polémica, el tema de hoy reúne dos pasiones para quien escribe, el periodismo y el béisbol.
Para mí, el periodista debe tener algo fundamental, la imparcialidad, cosa muy difícil para muchos entendedores. Esta no existe, el solo hecho de escribir las cosas y hechos, como los ve quien lo hace, ya le da un carácter de parcialidad a lo escrito.
En días pasados, ante un vídeo donde un extraordinario periodista con casi 60 años de experiencia y ser el único venezolano que vota para elegir a los inmortales del béisbol, quienes vivirán por siempre en Cooperstown, se atrevió a decir sus opiniones frente a la pregunta, de si o no, Miguel Cabrera, ese fenómeno del béisbol mundial, entraría o no a dicho salón.
Para sorpresa de muchos, sobre todo, de los entendidos en el deporte del diamante, sus palabras causaron mucho ruido.
Es de destacar la gran trayectoria del señor José Machado, nacido en Caracas en 1929, quien se pasa a llamar Juan Vené cuando era bailador de Joropo en sus años de mozo.
La carrera de Juan Vené es meritoria, la misma estuvo llena de sacrificios y también de buena fortuna. En su camino, siempre encontró apoyo, sin duda, por su gran talento.
Hasta aquí todo se ve normal, ¿pero, qué le pasa a Juan Vené cuando opina de los venezolanos?
Ciertamente, responder desde la objetividad esta pregunta no es fácil y mucho menos objetiva. Para la mayoría de venezolanos las misses y los peloteros tienen un sitial de honor en nuestra manera de vivir.
Quizás, porque lo supongo no lo puedo aseverar, el señor Vené, se cree dueño de la verdad absoluta sobre quien debe entrar o no, a tan ansiado salón. En realidad, tiene amplios conocimientos sobre béisbol, sin duda ha visto y analizado miles de juegos. Pero algo de soberbia nubla la opinión que de él, tienen muchos venezolanos.
Respecto a Omar Vizquel, no gustó de su elegancia al coger la bola, aunque al mundo aún causa admiración. Tampoco dice que fue un buen bateador, cosa que es verdad. Ahí, creo que falta objetividad, pero el experto y quien vota es el.
El comentario sobre la enfermedad de nuestro héroe Andrés Galarraga, es el peor comentario que le he leído, nada que ver con el juego, en sí.
Fue una situación de salud, donde Venezuela y el mundo del béisbol, acompañó a un atleta excepcional, de las personalidades más centradas del béisbol. No hacía faltadestacarse de esta manera, para un periodista de su trayectoria. Muchas cosas buenas podría decir del Gato, para no quedar manchado por tan estúpido comentario.
Juan Vené, aclara y dice que siempre votó por nuestro eterno Rey David, lamentablemente y por muchas cosas de este sagrado salón, creo que la no inclusión de Concepción al Salón de la Fama, es una gran arbitrariedad, pero así lo decidió la mayoría. Ojalá logré su entrada por otra vía, llamada de veteranos.
El vídeo que detonó la polémica lo causó la opinión del conocido periodista frente a la pregunta, de si entra o no, Miguel Cabrera a dicho salón.
Su respuesta fue decir, que falta mucho tiempo.
"Quizás Miguel asalta alguien o comete una locura". Por el amor a Dios, peor respuesta no podía dar este destacado hombre de análisis del deporte rey. En nuestro país cayó como una bomba atómica tan disociado comentarios.
Aun tengo serías dudas, si Juan Vené dice esto en sus plenos cabales, recuerden que su edad, pasa las nueve décadas.
Sería sano pensar, que sus respuestas no obedecen a su análisis. La edad, para él, se convierte en excusa. Siempre las habrá.
Para finalizar, pienso que todo este revuelo se causa porque para muchos de los venezolanos, entre los cuales me incluyo, el béisbol es una religión.
Tomando este símil, podríamos asegurar que el señor Juan Vené, no es infalible y solo Dios tiene tal cualidad.
También es oportuno señalar que todo oficio debe acabar cuando el ocaso de los años, así lo indique, todo tiene su final.
Si, tan prestigioso periodista, practicara la humildad, muchos de estos comentarios los habría podido evitar.
En conclusión y bajo mi óptica, Juan Vené, es extraordinario periodista, polémico, con mucho conocimiento, sin embargo, sus comentarios no son propios de nuestro gentilicio, quizás olvidó ese apego, que nosotros, tenemos por lo nuestro.
Triste final.
¡Hasta otra oportunidad!
Por: Pedro José Álvarez Chirinos.-
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