Por: Lokman González.-
La caja de Pandora es un mítico recipiente de la mitología griega,
tomado de la historia de Pandora, la primera mujer, creada por Hefesto por orden de Zeus, que contenía todos los males del mundo.
La historia cuenta que Zeus deseoso de vengarse de Prometeo por haber robado el fuego y dárselo a los humanos, presentó al hermano de este, Epimeteo, una mujer llamada Pandora, con quien este se casó. Como regalo de boda, Pandora recibió un misterioso pithos (una tinaja ovalada, aunque actualmente sea citada y aceptada como una caja) con instrucciones de no abrirlo bajo ningún concepto. Los dioses habían otorgado a Pandora una gran curiosidad, por lo que decidió abrir la tinaja para ver qué había dentro. Al abrirlo, escaparon de su interior todos los males del mundo. Cuando atinó a cerrarla, solo quedaba en el fondo Elpis, el espíritu de la esperanza, el único bien que los dioses habían metido en ella. De esta historia surgió la expresión “La esperanza es lo último que se pierde”.
Y es que esa Caja de Pandora fue rescatada por algún Dios del Olimpo y entregada a “Lideres” del chavismo para decidir por encima de quienes ejerciendo su derecho, mediante la participación activa y protagónica asisten animadamente a sus UBCHS con la finalidad de renovar sus equipos políticos.
Para nadie es un secreto como luego de una importante movilización de militantes del PSUV que sintieron el llamado a los fines de refrescar esas desgastadas estructuras, sale el actual gobernador del estado Lara anunciando que el nuevo equipo político regional son, casualidad, integrantes de su tren ejecutivo y que en su gran mayoría o no participaron o los votos obtenidos fueron muy escuálido en comparación a los de muchos hombre y mujeres de calle que con mucha moral y compromiso salieron en mejores posiciones. Dicho sea de paso esa vieja práctica cuarta republicana, la del dedo, no ha dado buenos resultados. Aquí en Torres, todos los directores del anterior alcalde conformaban el equipo político municipal y ya ustedes saben los nefastos resultados de las últimas elecciones municipales.
Pero eso no queda ahí, ya que esta suerte de aquelarre (Junta o reunión nocturna de brujos y brujas, con la supuesta intervención del demonio ordinariamente en figura de macho cabrío, para sus prácticas mágicas o supersticiosas), continúa dando resultados que rayan en lo vulgar al favorecer a quien que habiendo obtenido, unos dicen el número 42, otros dicen el 48 y otros dicen el 54, entre gallos y medianoche resultó premiado como integrante del Equipo Político del estado. Según comentan que quien en otrora época quien “caminaba por el filo de la navaja”, según ahora camina por el filo de las carpetas, armadas para mal poner a militantes que han surgido a la luz de un nuevo resurgimiento del partido.
El chantaje también se hace presente con la negociación de puestos en importantes escaños de los equipos políticos cuando quien haya sido nombrado para ocupar un cargo público no es del total agrado de quien a la fuerza quiere mantener su desgastada y muy desenchufada “corriente”.
De seguro aún en esa
“caja de pandora” habrá más sorpresas; ya que faltan por definir los equipos
municipales y parroquiales, solo nos queda esperar que en el fondo esté algún Elpis por aquello de que“La esperanza es lo último que se pierde”.
“La esperanza es el sueño de los despiertos”
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