Enrique Meléndez.-
Con la Iglesia te has topado Nicolasote. Se pudiera decir, en ese sentido, que la protesta de la masa laboral en las calles de toda Venezuela tiene acción y contenido, y el contenido lo manifestó monseñor Víctor Hugo Basabe el día de la Divina Pastora en Barquisimeto; que puso a arrugar, como se dice en criollo, desde a este señor Maduro, como a Diosdado Cabello. También se dice en criollo: les tumbó el copete; cuando entonces en su homilía monseñor Basabe habló de una burbuja económica; esto es, la urbanización Las Mercedes, que viene a ser una diminuta Nueva York, y que es lo que ofrece la apariencia, de que el gobierno de Maduro arrancó: tiendas donde tú consigues calzados, que no bajan de los 600 dólares; concesionarias dedicadas a la venta de Ferraris; restaurantes vip por todas partes; casinos... Chávez cuando comenzó a aplicar el famoso programa de la Misión Vivienda, decía que en Caracas cabía otra Caracas, y no sólo la Capital, sino también una Nueva York, y es lo que hace ver el imaginario, que se pinta con las palabras de monseñor Basabe; porque, en efecto, usted va a Las Mercedes y allí está a la vista la proyección del peculio de la cúpula de la bolichiquería. No tiene nada que ver con la Caracas de Macarao o del barrio José Félix Ribas de Petate; donde lo que prevalece es eso que se conoce como la estética de la fealdad o de lo grotesco; es decir, mientras que en Las Mercedes está lo apolíneo, en esas barriadas caraqueñas está lo dionisíaco, y que es donde ha puesto énfasis el llamado de atención de monseñor Basabe, cuando habla de burbuja, que se trasluce tras la nueva arquitectura urbana de concreto y cristal, que se observa en esta urbanización de estilo neoyorkino; que vino a suplantar a aquella antigua de ambiente campestre, de quintas con “garages” y jardines; además de edificios bajos de arquitectura vasca, por excelencia, que prevaleció en la zona, y que frente al mundo de las barriadas populares, cuya arquitectura roza lo pedestre, lo rústico, no deja tampoco de representar el horror, ya que se trata de un capital, invertido allí, que no proviene sino del vicio y de la corrupción; que pertenece a lo más granado de la nueva oligarquía militar, y que con un pinchazo se desenmascara esa realidad, con motivo de lo dicho por monseñor Basabe.
La mayor expresión de cinismo en estos días le salió a Diosdado Cabello; quien dijo que también él estaba en desacuerdo con la precariedad del ingreso del venezolano; pero que eso era una consecuencia de las sanciones económicas de los EEUU; cuando entonces uno no se explica esta situación tan desigual; porque, ¿a cuenta de qué hay una Venezuela, que tiene acceso a ese tipo de vida, que llevan quienes concurren a todos esos sitios de Las Mercedes? He allí la i donde pone el punto la iglesia. Porque, por lo demás, se está incurriendo en un pecado capital, como es el de mentir; aun cuando, a ese respecto, esta gente le tiene vendida el alma al diablo, en virtud de que se vale de la mentira como una política de Estado. Es por eso que ha venido al caso hablar de la valentía de monseñor Basabe; que recuerda la de monseñor Arias Blanco en enero de 1958; cuando también le dijo a Pérez Jiménez lo mismo, que le ha dicho esta gente; que esa Memoria y Cuenta, que había presentado ante el entonces Congreso de la República, no eran más que cifras maquilladas; aparte de que también este señor se había dedicado a levantar obras monumentales; siendo una de las más emblemáticas las torres de El Silencio y así sucesivamente: una apariencia de riqueza, y que le dijo, asimismo, el cardenal Rosalio Castillo Lara a Hugo Chávez con ocasión de la homilía que pronunció en otra de las peregrinaciones de la Divina Pastora, y que llevó a que Chávez le dijera que tenía el diablo dentro de su sotana.
De acuerdo a lo que decía un oficial venezolano en el exilio, entrevistado por el famoso escritor y periodista peruano Jaime Bayle en Miami, hay colegas suyos que ganan hasta 60 mil dólares mensuales. Por supuesto, ahí hay lavado de dinero, proveniente sobre todo de Pdvsa; luego del narcotráfico, y para el caso se habla la existencia de Cárteles como el de los Soles, a propósito de la situación de puente de dicho comercio, en que se ha convertido Venezuela; además de la matraca que proviene del hecho, de que todo trámite oficial, que se pretenda hacer, se cobra una comisión en dólares, a los fines de “aligerarte el asunto”. ¿Acaso la matraca que aplican los guardias nacionales o los policías en las alcabalas de las carreteras no les permiten que ellos y sus familiares se vistan en la famosa tienda Avanti de Las Mercedes, que acaba de abrir sus puertas? Aquí el que no tiene uniforme, que es ese maestro que tú ves hoy en día en la calle, plantado en una manifestación, exigiendo un digno salario, es el que lleva la peor parte; porque es al que matraquean, y de allí que monseñor Basabe haya pedido al pueblo poner en el corazón de la oración “a nuestra Venezuela herida, maltratada, traicionada y saqueada hasta más no poder”.
Me cuenta un amigo, que recién regresó de Bogotá, que en algunas alcabalas los guardias hacen que los pasajeros de las líneas autobuseras se quiten hasta las medias; por si acaso han metido debajo de ellas dólares; previo registro de todo su equipaje, y confiscación de lo que se le antoje; lo que ha sido, incluso, denunciado por el propio presidente Gustavo Petro, es decir, la matraca es a todos los niveles, y se tolera porque hasta el jefe del comando cobra también; lo que no se le pasó a monseñor Basabe cuando dijo que sólo este gobierno se mantiene por el “apoyo de las armas, que son, cobardemente, volcadas contra el pueblo”. En efecto, un gobierno montado sobre las bayonetas, y la prueba está en el hecho de que el “bono contra la guerra económica”, que el gobierno les depósito a los educadores apenas llegó a 550 bolívares, mientras que el bono equivalente de los militares ascendió a 9 mil bolívares.
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