Hoy sábado 30 de junio, se cumplen 30 años de la desaparición física del reverendo Juan Bautista Pérez Altuna, quien además de ser sacerdote, encabezó movimientos deportivos, sociales, políticos, y por supuesto los religiosos en nuestro municipio Torres.
Vale la pena recordar que fue presidente de la liga de béisbol de Carora, le gustaba estar con sus organizadores y ayudarles con lo que le era alcanzable hacer.
En el ámbito educativo siempre estuvo presente, orientaba al gremio de los maestros donde en realidad el pertenecía, fue mi profesor en los primeros años en el colegio Cristo Rey, aunque tuve la oportunidad de conocerle en las aulas del Liceo Egidio Montesinos cuando funcionaba en la calle Ramón Pompilio Oropeza con Carabobo, contaba yo con escasos 9 años.
Le doy siempre gracias a Dios el haberlo puesto en mi camino, fue mi orientador, cuando le dije que quería ser scout me respondió, claro que sí, pero tienes que irte a estudiar al Colegio, me quede pensativo y le respondí, padre soy parte de una familia pobre de barrio nuevo y no tienen como pagarle.
Cual es mi sorpresa cuando me dice “vamos a tu casa” te vamos a becar para que puedas estudiar y estar ser siempre listo, y le digo, no reverendo mis padres son evangélicos, entonces con voz recia: ¡ahora con más razón respondió!
Pero también lo hizo con otros jóvenes de escasos recursos de otros barrios caroreños, como Antonio Ramos, Ramón José Verde, Germán Ferrer entre otros.
Al reverendo Juan Bautista Pérez Altunase le llamaba con los apodos de “el padre Juan” o el “vasco caroreño”, e incluso con el sobrenombre de “el cura antifranquista” por hacer oposición a la dictadura de Franco y aquí en Carora hacerse enemigo punzante de la dictadura de Pérez Jiménez.
A la Seguridad Nacional, se enfrentó el Padre Juan, se adjudicó el papel de líder que estaba formado en su personalidad, asumió todos los peligros y era tal su temple que la Seguridad Nacional lo pretendió amilanar, y no pudo.
Pero en realidad todos le llamábamos “Padre Juan “consagró su vida a la lucha por la justicia social, la libertad y la democracia. Persona abierta a la realidad circundante, recibió el impacto de las ideas y los problemas que le rodeaban del pueblo caroreño, y como un compromiso personal, contribuyó al progreso de nuestra comarca y ayudó a darle solución a muchos problemas.
Se puede afirmar que, junto con otros líderes sociales, deportivos y culturales, fue protagonista de la transición del colonialismo criollo a una sociedad más abierta en su contenido humano.
Pero para muchos lo más importante en esa época basado en la doctrina escolapia personificada por San José de Calasanz, y ejecutada por nuestro apreciado cura, fue la de aniquilar linajes vetustos, distinciones sociales, muy especialmente la transportó a la Iglesia San Juan actualmente nuestra catedral, donde predominaban ciertas categorías, que estampaban con nombres y apellidos los bancos donde escuchaban sus misas.
Padre Juan; sacerdote, luchador social, transformador y orientador. Pero lo más importante HUMANO A CARTA CABAL
Vale la pena recordar que fue presidente de la liga de béisbol de Carora, le gustaba estar con sus organizadores y ayudarles con lo que le era alcanzable hacer.
En el ámbito educativo siempre estuvo presente, orientaba al gremio de los maestros donde en realidad el pertenecía, fue mi profesor en los primeros años en el colegio Cristo Rey, aunque tuve la oportunidad de conocerle en las aulas del Liceo Egidio Montesinos cuando funcionaba en la calle Ramón Pompilio Oropeza con Carabobo, contaba yo con escasos 9 años.
Le doy siempre gracias a Dios el haberlo puesto en mi camino, fue mi orientador, cuando le dije que quería ser scout me respondió, claro que sí, pero tienes que irte a estudiar al Colegio, me quede pensativo y le respondí, padre soy parte de una familia pobre de barrio nuevo y no tienen como pagarle.
Cual es mi sorpresa cuando me dice “vamos a tu casa” te vamos a becar para que puedas estudiar y estar ser siempre listo, y le digo, no reverendo mis padres son evangélicos, entonces con voz recia: ¡ahora con más razón respondió!
Pero también lo hizo con otros jóvenes de escasos recursos de otros barrios caroreños, como Antonio Ramos, Ramón José Verde, Germán Ferrer entre otros.
Al reverendo Juan Bautista Pérez Altunase le llamaba con los apodos de “el padre Juan” o el “vasco caroreño”, e incluso con el sobrenombre de “el cura antifranquista” por hacer oposición a la dictadura de Franco y aquí en Carora hacerse enemigo punzante de la dictadura de Pérez Jiménez.
A la Seguridad Nacional, se enfrentó el Padre Juan, se adjudicó el papel de líder que estaba formado en su personalidad, asumió todos los peligros y era tal su temple que la Seguridad Nacional lo pretendió amilanar, y no pudo.
Pero en realidad todos le llamábamos “Padre Juan “consagró su vida a la lucha por la justicia social, la libertad y la democracia. Persona abierta a la realidad circundante, recibió el impacto de las ideas y los problemas que le rodeaban del pueblo caroreño, y como un compromiso personal, contribuyó al progreso de nuestra comarca y ayudó a darle solución a muchos problemas.
Se puede afirmar que, junto con otros líderes sociales, deportivos y culturales, fue protagonista de la transición del colonialismo criollo a una sociedad más abierta en su contenido humano.
Pero para muchos lo más importante en esa época basado en la doctrina escolapia personificada por San José de Calasanz, y ejecutada por nuestro apreciado cura, fue la de aniquilar linajes vetustos, distinciones sociales, muy especialmente la transportó a la Iglesia San Juan actualmente nuestra catedral, donde predominaban ciertas categorías, que estampaban con nombres y apellidos los bancos donde escuchaban sus misas.
Padre Juan; sacerdote, luchador social, transformador y orientador. Pero lo más importante HUMANO A CARTA CABAL
Prof. Emerson Corobo Rojas
Cronista de la parroquia Trinidad Samuel, Carora.
Cronista de la parroquia Trinidad Samuel, Carora.
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